EL PROYECTO DE JESÚS: SU ACTUACIÓN.(II)..

3.- Jesús y los marginados.

Jesús, también toma acitud sobre otra mediación natural que son las personas con las que convivimos. Porque una convivencia social presidida por la primacía del poder, del dinero, de la santidad legal y del culto nacionalista, lleva forzosamente a una relación con los demás marginante y generadora de opresión.

¿Cómo integra Jesús las relaciones con los demás en su experiencia religiosa? A partir de la aguda sensibilidad de Jesús sobre la paternidad divina, ¿cómo valora las relaciones humanas? ¿Cómo juzga los mecanismos opresores-codicia, prepotencia, legalismo religioso-que generan toda suerte de marginación social? ¿Cuál es la novedad que encierra la conducta de Jesús y, sobre todo, qué consecuencias trae para la vida?

Tipología de los marginados de la sociedad judía en tiempos de Jesús

Nada mejor que un rápido repaso de los diferentes tipos de marginación que se daban en la sociedad judía en tiempos de Jesús. Los pescadores y los pobres son las categorías más visibles que abarcaban sectores muy amplios de la sociedad judía.

* Los pecadores. El titulo de pecadores encerraba muchos sectores sociales. Nos encontramos así con:

o los de conducta inmoral, como las prostitutas y los prestamistas usureros (Lc 7, 37.39)

o determinadas profesiones: los publicanos o cobradores de impuestos y tributos por sus frecuentes extorsiones (Lc 19,8; 3,12-13); los militares por sus abusos de poder sobre el pueblo (Lc 3,14), los ignorantes de la Ley que, por desconocerla, nunca podrían cumplirla (Jn 7,49);

o los enfermos y victimas de catástrofes naturales, porque en tales desgracias se Vera un castigo divino por pecados personales (Lc 13, 1-5; Jn 9,1 s);

o los extranjeros a quienes los judíos reservaban calificativos de «perros» (Mt 7,27) y de animales inmundos. De ahí la gravedad de estos insultos dirigidos a los mismos judíos por el Bautista (Mt 3,7) y por Jesús (12,34; 23,33); con ello quedaban equiparados a los paganos;

o los israelitas semipaganos, como los cismáticos samaritanos (Jn 4,9).

Esta variada tipología manifiesta la ambigüedad de la designación de " pecado") con una curiosa mezcla de lo moral, lo legal y lo social. En la constitución teocrática de Israel, vida social y vida religiosa iban juntas. Ser pecador, por tanto, comportaba automáticamente la discriminación social. Toda persona de bien debía evitar cualquier contacto con un Pecador so pena de caer en impureza legal.

* Los pobres. El concepto de pobreza es muy amplio y abarca muchos aspectos:

o carencia de bienes materiales, que obliga a trabajar duramente o a pedir limosna. En este sentido pobre es sinónimo de criado, bracero, mendigo;

o indefensión social, puesto que el pobre no puede hacer valer sus derechos ante los demás y es objeto de abusos y atropellos por parte de los poderosos; en este sentido, pobre es sinónimo de oprimido;

o culpabilidad personal, puesto que amplios sectores del judaismo pensaban con mucho simplismo que la pobreza era castigo del pecado, y la riqueza premio a la virtud.

El problema de la marginación, apenas esbozado en la tipología descrita, demuestra una cosa: el Judaísmo tardío había traicionado los ideales religiosos de Israel. El Dios de Israel se había revelado como liberador de los oprimidos en el Éxodo, defensor de los pobres y protector de los débiles en la Ley, perdonador de los pecadores a lo largo de la historia del pueblo escocido.

En nuestro mundo Contemporáneo, continua existiendo la marginación, los siguientes datos, aunque de hace unos años, son ilustrativos.

o 1.500 millones de personas carecen de atención medica.

o 1.200 millones de personas no tienen acceso al agua potable.

o 1.000 millones de personas viven en una situación de pobreza absoluta.

o 450 millones de personas padecen hambre de forma continua.

o 250 millones de niños no disponen de escuelas.

o 100.000 personas mueren diariamente a consecuencia del hambre; 40.000 de ellas son niños.

o 100 millones de personas carecen de Cualquier tipo de vivienda.

- o El 30 por 100 de la población mundial dispone del 75 por 100 de la producción global de alimentos.

o El 3 por 100 de los terratenientes del Tercer Mundo posee el 70 por 100 de las tierras cultivables.

o La mitad del grano que se produce en el mundo se dedica a alimentar el ganado.

o 20.000 millones de dólares son suficientes para acabar con el hambre, y en el mundo se gasta más de un billón de dólares en armamento

Esta situación es indudablemente un reto para los que nos consideramos seguidores de Cristo en estos inicios del Tercer Milenio de la era cristiana.

El la Encíclica «Sollicitudo rei socialis» del Papa Juan Pablo II analiza bien esa situación de marginación en que se encuentran hoy día amplios sectores de nuestra sociedad. Lee los párrafos que de esta encíclica citamos a continuación:

«Un mundo dividido en bloques, presididos por ideologlás rígidas, donde en lugar de la interdependencia y de la solidaridad, dominan diferentes formas de imperialismo, no es más que un mundo sometido a estructuras de pecado... (Estas) se fundan en el pecado personal y, por consiguiente, están siempre unidas a actos concretos de las personas que las introducen y hacen dif cil su eliminación...

Se puede hablar ciertamente de «egoísmos» y de «estrechez de miras». Se puede hablar también de «cálculos políticos errados» y de «decisiones económicas imprudentes»... Entre las opiniones y actitudes opuestas a la voluntad de Dios y al bien del prójimo y las «estructuras» que conllevan, dos parecen ser las más características: el afán de ganancia exclusiva, por una parte; y otra, la sed de poder, con el propósito de imponer a los demás la propia voluntad... (ambas cosas) a cualquier precio»

(Núms. 36 y 37).

 

Jesús ante la marginación socio-religiosa

A pesar de las buenas relaciones de Jesús con personas socialmente distinguidas como fariseos (Lc 7,36; 11,37; 14,1), adinerados (19,1-10), cargos públicos (8,3) y senadores (Jn 3,1 s), otros datos evangélicos sitúan a Jesús claramente en la categoría de marginado social. Para nacer no encontró lugar en la posada (Lc 2,7); durante su vida pública le dirigieron toda clase de insultos: exaltado (Mc 3, 21), poseído por Beelzebul (3, 22), comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores (Mt 11, 19), impostor (27, 63), samaritano (Jn 8, 48), pecador (9, 24). Al fin murió como un malhechor (Lc 22,37) acusado de blasfemo (Mc 14,64) y condenado por sedicioso (La 23,2-5). si recogemos estos datos es para dejar claro que a esta situación de marginación le llevó su compromiso con los marginados.

Jesús come con los marginados

En todas las civilizaciones la comunidad de mesa ha significado comunidad de vida por varios motivos: parentesco, amistad, pactos y alianzas militares, etc. En el ámbito cultural de la Biblia, la comida adquiere un simbolismo religioso especial. La pertenencia a la raza hebrea prohibía comer con paganos so pena de caer en impureza legal; los tiempos mesiánicos eran representados bajo la imagen de un banquete festivo. Esta imagen persiste todavía viva en las enseñanzas de Jesús (Mt 8,11; 22,2-14; 26,29; Lc 14,15).

En este contexto hay que examinar el significado de las frecuentes comidas de Jesús con marginados. Jesús no sólo come con sus discípulos y, en ocasiones, con fariseos y gentes socialmente aceptadas, sino con las muchedumbres sin establecer distinciones y, lo que es más significativo, con recaudadores de impuestos y pecadores, llegando incluso a admitir en un banquete que una prostituta regara con lágrimas sus pies (Lc 7,36-50).

"a los fariseos criticaban a Jesús diciendo. Este acoge a los pecadores y come con ello" (Lc I S, l s).

El Reinado de Dios: un banquete en el que entran todos, preferentemente los marginados

El Reinado de Dios, anunciado bajo la forma de un banquete, ya ha llegado y se cumple en las comidas que Jesús ofrece y acepta. Los invitados al banquete son oficialmente todos, pero los orgullosos y autosuficientes son a su vez los que se autoexcluyen, para ser sustituidos por los excluidos hasta entonces: los impuros, los enfermos, los pobres, los extranjeros y los pecadores (Lc 14,15-24).

Jesús realiza milagros sobre todo hacia los marginados

Los beneficiarios de los milagros de Jesús son siempre los marginados, grupo compuesto principalmente por enfermos excluidos de la convivencia social, por ejemplo, los leprosos en cuarentena por el peligro de contagio, o los paralíticos incapaces de valerse por sí mismos a causa de sus dolencias, dependientes por lo mismo de los demás.

Jesús pronuncia siempre en favor de los pobres y de los pequeños

Jesús aboga por un cambio radical en los criterios corrientes con que se valora a las Personas

" Vale más un hombre que una oveja" (Mt 12.12).

En el sistema económico judío una oveja valía por ser una importante fuente de producción en carne, leche y lana; por eso era licito, aún en sábado, sacarla del pozo. En comparación con ella, el enfermo no vale, porque no produce nada, sino que gasta; por eso se prohibía curarle en sábado. Pues bien este modo de valorar a la persona es lo que no admite Jesucristo: el hombre vale por si mismo, independientemente de los bienes que produzca.

" Vale más el donativo del pobre que el del rico" (Lc 21, 1-4).

Para Jesús la cantidad objetiva de la ofrenda o de la limosna no es criterio válido para juzgar la generosidad de las personas, porque no hay que fiarse de lo que dan, sino de lo que les queda. El pobre da de lo necesario; el rico, de lo superfluo. Jesús, pues, constata la existencia de factores ocultos que deciden el valor de las personas V que no se manifiestan en las apariencias externas.

El valor de la persona no depende de su pertenencia a un grupo social, sino de su disponibilidad para cumplir la voluntad de Dios.

El hombre, por su propia insuficiencia individual, se ampara en grupos sociales que le proporcionan seguridad y prestigio. Entre estos grupos se cuentan la familia, la patria, el partido político, la comunidad religiosa. ¿ Qué dice Jesús de estas clasificaciones?.Podrás encontrar respuestas en los siguientes textos: Mateo 12,46-50 ; Lucas 11,27ss.; Mateo 8,11ss.; Juan 8,33-41 ; Lucas 19,9.; Marcos 9, 38-40 y Lucas 9, 51-55.

Sintesis de los textos anteriores:

A la luz de estos pasajes podemos deducir el horror de Jesús a las clasificaciones de las personas en compartimentos estancos para marcar las diferencias entre los hombres. Bajo estas clasificaciones se esconde el inmoderado deseo de preservar un estatuto propio de superioridad y, en consecuencia, el despótico mecanismo de marginación de otros.

" Dichosos vosotros los pobres, porque tenéis a Dios por rey... ¡ Ay de vosotros los ricos, porque ya teneis vuestro consuelo!". (Lucas 6,20-26).

Las bienaventuranzas y sus correlativas malaventuranzas ocupan un lugar privilegiado en la opción preferencial que Jesús hace por los marginados: ¿ Cuál es el mensaje central de las bienaventuranzas en el contexto de la predicación de Jesús sobre el Reinado de Dios.?

¿Cómo es Dios? Dios no es neutral; está del lado de los pobres

Según Jesús el ejercicio del poder real por parte de Dios no es imparcial, puesto que se coloca a favor de los indefensos. Dios quiere mostrarse como Rey justo y misericordioso en la defensa de los derechos de los desgraciados y de los oprimidos, de los que no son capaces de defenderse por sí mismos. Los demás (poderosos y autosuficientes) ya tienen medios propios (o creen tenerlos) para hacerse valer en la sociedad.

¿Quién es Jesús? Aquel en quien Dios inaugura su Reinado sobre los marginados

Mateo y Lucas sitúan las Bienaventuranzas en un marco de solemnidad especial. El contexto precedente (éxito del ministerio de Jesús) y el posterior (la nueva justicia) dan a las Bienaventuranzas la categoría de carta magna del Evangelio centrado en la revelación del Reinado de Dios. Jesús hace suyo el programa «político» del Reinado de Dios y sustituye la Ley por las Bienaventuranzas, el antiguo régimen judío por el nuevo cristiano. En Jesús, Dios manifiesta a los hombres con que espíritu desea ejercer su realeza. El ministerio de Jesús tiene un valor de signo en su predicación, pero también en su comportamiento con los desheredados.

Consejos de Jesús a los suyos entre los que estamos los cristianos del siglo XXI.

Jesús no se limita a adoptar Él mismo una actitud preferencial por los marginados; además la inculca a sus discípulos. Veamos tres ejemplos.

o Invitar a los pobres (Lc 14,12ss)

De los favores hechos a los ricos se puede y se suele esperar compensaciones. En cambio, la invitación a los pobres exige un total desinterés, porque ellos no pueden corresponder; la paga tendrá lugar «en la resurrección de los justos». Y esto no significa solamente que habrá que esperar a una situación de ultratumba para recibir la recompensa, sino que la invitación a los pobres es un acto que anticipa ya ahora el estado de la resurrección final.

o Practicar las obras de misericordia con los pequeños

El segundo ejemplo está también referido al último juicio, y lo tomamos de dos pasajes distintos:

-en Mt 25,31-46 se nos ofrecen los criterios positivos que decidirán a favor la suerte final del hombre: haber ratificado, aún sin saberlo la identidad entre el Señor y el hermano hambriento, encarcelado o desnudo, remediando sus necesidades mediante las obras de misericordia:

-en Mt 7,21-23 y Lc 13,25-28 se nos of recen los criterios negativos que no nos salvarán en el último juicio: ni la comunidad de mesa con Jesús ni el ministerio en su nombre # servirán de nada. Los valores se invertirán en ese momento y la delincuencia estará de parte de quienes se consideraban intachables; por eso escucharán el «apartaos de mí».

o Hacerse como niños (Mt 18,1-5; Lc 9,46-48; MC 9,33-37)

La ridícula disputa de los Apóstoles por un puesto de primacía sobre los demás merece un duro correctivo por parte de Jesús: en el Reino de Dios no existe otra grandeza que asumir voluntariamente la pequeñez y servir a los pequeños. Pero este consejo sólo vale en un mundo, como el nuestro, impulsado por e' afán febril de sobresalir a costa de quien sea.

Conclusiones

o La abundancia de material sobre este tema dentro de los evangelios demuestra que la opción preferencial de Jesús por los marginados es una Característica esencial de la experiencia religiosa de Jesús. A la luz de la bondad de Dios en la llegada de su Reinado, que Jesús pretende conocer tan bien, El aspira a crear una comunidad universal centrada en la eliminación de las clasificaciones y en la integración de los marginados.

o Hay que destacar el carácter utópico de esa pretensión de Jesús. A la vista de la historia pasada y presente de la humanidad, la universalidad del amor no parece cosa accesible a la condición humana empeñada en las exclusiones. Y sin embargo Jesús la exige, no en nombre de una canonización o mística de la marginación, sino en nombre de la cálida paternidad de Dios que a todos acoge.

o Tal pretensión tuvo que resultar altamente conflictiva para Jesús. Suprimir la superioridad de los fariseos sobre los publicanos (Lc 18,9-14), de los judíos sobre los samaritanos, de los hebreos sobre los paganos, de los observan1sobre las prostitutas, de los que han trabajado más sobre los que han trabajado menos, etc. irrita forzosamente a los primeros, amparados en privilegios presuntamente sagrados. Por eso desencadenan el complot que acabará con la vida de Jesús.

4.- Los milagros de Jesús.

Los milagros de Jesús son la expresión de la solicitud paternal de Dios por el hombre y prueba fehaciente de la irrupción del Reinado de Dios en la historia (Unidad 8): liberan de tiranías legales y de mediaciones rituales, y van dirigidos primordialmente a los marginados de este mundo (temas precedentes). En definitiva interpretan el proyecto religioso de Jesús; no cabe duda que Jesús fue, a pesar de muchas resistencias, exorcista y taumaturgo, además de profeta.

De los milagros trataremos de:

o analizar la historicidad global de los milagros de Jesús narrados en lostextos evangélicos;

o comprender el mensaje religioso contenido en esas narraciones.

Las narraciones evangélicas de milagros

Necesitamos en primer lugar, tener una visión panorámica de los relatos de milagros presentes en los Evangelios.

Hay en los Evangelios 62 narraciones de milagros que, por referirse muchas veces a unos mismos hechos, dan un total de 32 milagros. Encontramos también, en los Evangelios, sumarios en los que se dice que Jesús curo otros muchos enfermos o expulsó demonios en general. Puedes utilizar en el buscador biblico (Enlaces ) la palabra milagro y se te indicarán las citas de los cuatro evengelios.

 

o Historicidad global de las narraciones de milagros

¿Qué grado de fidelidad a los hechos tal como sucedieron poseen los relatos de milagros? Responder exhaustivamente a esta pregunta necesitarla un espacio que aquí no tenemos. Nos limitamos, pues, a resumir las conclusiones a las que ha llegado la crítica.

Los relatos evangélicos de milagros son globalmente fidedignos. Recogen los datos de las fuentes, orales y escritas, que están en la base de los textos evangélicos y que circulaban, antes de que los Evangelios fueran escritos, por las comunidades cristianas primeras. Estas conservaron en la memoria los hechos prodigiosos protagonizados por Jesús tal como fueron relatados por testigos presenciales. No podemos, pues, dudar razonablemente de que Jesús realizó actos teñidos por milagrosos.

Si Jesús no hubiera realizado ningún milagro, las comunidades cristianas o los evangelistas no hubieran podido inventarse tal cúmulo de narraciones en tan poco tiempo, pues durante bastante tiempo seguían vivos muchos testigos presenciales de la actuación de Jesús.

o Clasificación de los milagros

Los datos de los evangelios sobre los milagros realizados por Jesús nos permiten distribuirlos de la forma siguiente:

-cuatro expulsiones de demonios; - diecisiete curaciones de enfermedades;

-tres resurrecciones de muertos; -ocho milagros sobre la naturaleza inanimada.

Esta Clasificación tiene interés: dan una idea de la fe de los primeros cristianos en el poder de Jesús al que consideran sometidos todos los ámbitos de la vida y de la naturaleza.

o Estructura interna de las narraciones de milagros

Los pasos sucesivos de una secuencia narrativa de milagro puede mostrarnos la intención religiosa del redactor. Presentamos aqui la estructura de los milagros en ocho puntos:

1. Aparición en escena del taumaturgo.

2. Presentación del enfermo y de su dolencia.

3. Súplica del propio enfermo o intercesión de otros con fe.

4. Compasión y lástima que experimenta el taumaturgo.

5. Intervención curativa.

6. Prueba de la curación.

7. Prohibición de divulgar el hecho.

8. Aclamación y reconocimiento del taumaturgo.

El significado religioso de las narraciones de milagros

Hay que descartar móviles utilitarios o materiales en las narraciones de milagros en los Evangelios. Hay otros motivos que, sin duda, están presentes en la mente de los evangelistas cuando transmiten esta información sobre la actuación de Jesús. Los evangelistas relacionan las narraciones de milagros con la predicación o mensaje de Jesús Los hechos y los dichos de Jesús son el medio a través del cual la revelación de Dios en Jesús llega a los hombres. Así pues, recogiendo los temas fundamentales de la predicación de Jesús (UnidadJ«), va a ser fácil integrar en ellos el sentido religioso de las narraciones de milagros.

Los milagros son la expresión del Reinado paternal de Dios

Las dos palabras que centran el mensaje de Jesús: son: Abba y Reino. Jesús estaba convencido que ya habían llegado los últimos tiempos en los que Dios había decidido establecer su Reinado definitivo en el mundo a impulsos de su amorosa paternidad. Pues bien, los milagros constituyen la prueba fehaciente de la verdad de este mensaje.

- Por una parte, revelan la benevolencia paternal de Dios a quien se le atribuyen entrañas de misericordia ante toda desgracia humana. Jesús se siente movido a realizar sus milagros por la misma compasión de Dios ante el hombre infortunado (Mc 1,41; 6,34; 8,2). Dicho de otro modo: la misma omnipotencia divina pasa por estos sentimientos humanos de Jesús de compasión y solidaridad con los marginados.

- Por otra parte, los milagros demuestran que el poder de Dios ya se ha puesto en acción dominando a todos los poderes que esclavizan al hombre. En eso consiste su Reinado. Por ello dice Jesús:

«Si yo expulso los demonios con el espíritu de Dios, señal es de que el reinado de Dios os ha dado alcance" (Mt. 12,28).

Los milagros son signos de la liberación del hombre

Dios no reina sino después de haber vencido los poderes del mal y las resistencias de la naturaleza que impiden la plena realización del hombre. Por eso, los milagros de Jesús se presentan muchas veces bajo la imagen de un combate victorioso entre dos enemigos irreconciliables pero desiguales. Jesús es siempre gel más fuerte» (Mc 1,7; Lc 11, 21s). su pura presencia amenaza el imperio del mal y con sólo su palabra desbarata y rinde a los poderes adversos (Lc 4, 34; 8, 28).

«Mientras un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas en que confiaba y después reparte el botón" ( Lc, 11,22)..

Los milagros son el testimonio del Padre en favor de su Hijo

A primera vista el evangelista San Juan da a los milagros de Jesús un sentido teológico distinto del de los Sinópticos. En el cuarto evangelio los milagros son signos o señales a través de los cuales el Padre da testimonio en favor del Hijo. Además del testimonio del Bautista y el de Moisés en las Escrituras, Jesús apela a «un testimonio mejor: las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado» (5,36; 10,25). De esta forma los milagros de Jesús se convierten en credenciales que dan legitimidad a su misión terrena y respaldan su doctrina al margen de toda sanción oficial. Así puerla Manir

" Creedme, yo estoy con el Padre y el Padre está conmigo; al menos dejaos convencer por las obras mismas (Jn 14, 1 1)

Los milagros manifiestan la identidad real de Jesús

Aunque parezca lo contrario y nosotros muchas veces busquemos el milagro para crrer, en los evangelios, os milagros no son argumentos decisivos para creer, sino señales o signos que manifiestan qué y quién es Jesús. Los milagros están así dotados de la misma función pedagógica que la palabra que anuncia a Jesús, algo así como si fueran una enseñanza escenificada. La clave de esta interpretación la proporciona el sistema narrativo del Evangelio de Juan que une milagros y discursos autodescriptivos de Jesús. Puedes comprobarlo en Jn 5, 16-18; 6, 34; 9, 39 y 11, 25.

 

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